El trabajo en grupo bien gestionado maximiza las capacidades individuales. De todas las metodologías activas, es el Aprendizaje Cooperativo el que aporta una sistemática de alto nivel a la gestión de grupos. Tomamos decisiones sobre los agrupamientos en torno a tres aspectos: número de miembros, roles y funciones. Estos elementos variarán según el nivel que desarrollemos.

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Nivel 1: las actividades admiten el trabajo en grupos de diversidad de tamaños. También podemos establecer roles y funciones simples, aunque el escaso tiempo de trabajo dificultaría su puesta en práctica.

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Nivel 2: en las sesiones dedicadas a la tarea, se trabaja con agrupamientos diseñados según las necesidades. Podemos jugar con agrupamientos diferentes según la sesión que toque o con agrupamientos más permanentes que se mantengan durante todo el desarrollo. Existe mayor facilidad para establecer roles con una función principal y alguna función extra. En el nivel de tarea, la descripción del agrupamiento podrá hacerse para cada sesión o permanente para toda la tarea.  

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Nivel 3: los agrupamientos tienen un carácter más formal y estable. Los roles están definidos y constan de funciones específicas. Debido a la duración de un proyecto, se pueden introducir dinámicas de trabajo intergrupales. Al igual que en el nivel tarea, debemos describir si los agrupamientos afectan a una sesión en particular,  a varias de ellas o a todo el proyecto. 

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